¡Como chico joven, siempre estoy en busca de sexo! Cuando mi madrastra, una MILF caliente, se quedó embarazada, no pude resistirme a su atractiva vagina. Satisfié mi lujuria, haciéndola gemir de éxtasis.
Siempre he sido fan de la fruta prohibida, y mi madrastra eran las manzanas más jugosas de todas.Estaba embarazada, su vientre abultado de nueva vida, y solo la hacía más irresistible.Me encontré ansiándola cada vez más, mis deseos crecían cada día que pasaba.Cuando me pilló viéndola desvestirse, la tensión era palpable.Pero en vez de echarme una bronca, me dejó tener un sabor, sus dedos exploraban mi miembro palpitante.El sabor de ella, cálida e invitadora, estaba más allá de cualquier cosa que pudiera haber imaginado.Su cuerpo, tan diferente pero tan familiar, era un paraíso que nunca quise irse.Mientras me adentraba más en ella, me perdí en el éxtasis, el ritmo de nuestros cuerpos sincronizando perfectamente.El gusto de ella, la sensación de ella, era más que suficiente para saciar mi hambre insaciable.Y a medida que salía, la vista de ella, gastada y satisfecha, era suficiente para hacerme anhelar más.